El Salvador – ¿Es casualidad que el mismo día se celebren fiestas antagónicas? ¿Hay algún trasfondo espiritual que revele una lucha entre el bien y el mal? ¿Cuál es el papel de la iglesia ante esta realidad?
31 de octubre es una fecha especial, simbólica y significativa para la iglesia evangélica en general. Reformados, metodistas, anglicanos, bautistas, centroamericanos y muchas denominaciones cristianas, de diferentes pensamientos y tradiciones, se unen por un evento trascendental. Espiritual y ontológicamente, la Iglesia — Cuerpo de Cristo — inicia con la venida del Espíritu Santo en Hechos 2. Desde ese momento significativo la iglesia ha existido ininterrumpidamente, nunca ha dejado de ser, y aún en medio del oscurantismo religioso de la Alta Edad Media (Siglos V – X), el Espíritu Santo continuó edificando la iglesia de Cristo y levantando hombres y mujeres que proclamaban y vivían los valores del Reino.
Durante la Edad Media, la Iglesia Católica Romana fue la institución religiosa dominante en Europa. El control papal y la venta de indulgencias generaron movimientos que anticiparon la Reforma. Pablo Valdo (c. 1170, Francia) y Francisco de Asís (1181-1226) impulsaron un movimiento interno que enfatizaba la pobreza, la espiritualidad y la oposición a los abusos eclesiásticos. Más adelante, John Wycliffe en Inglaterra y Jan Hus en Bohemia establecieron una crítica teológica a la iglesia que fue la base doctrinal para la Reforma, destacando tres principios fundamentales: la autoridad de la Biblia, salvación por gracia y crítica al poder eclesiástico.
La acción de los reformadores en el siglo XVI representó el clímax de todos los esfuerzos previos. Fue el 31 de octubre de 1517 cuando Martín Lutero clavó sus 95 tesis en Wittenberg, Alemania. Estableciendo las cinco Solas: Sola Scriptura, Sola Fide, Sola Gratia, Solus Christus y Soli Deo Gloria. Este acto encendió el corazón de muchos creyentes que dio origen a distintos movimientos e iglesias con enfoques y doctrinas variadas, pero unidas por las verdades esenciales que la Reforma proclamó.
La Reforma abrió paso a nuevos movimientos espirituales, misionales y denominacionales en Europa y América. Surgieron los Anabaptistas, Puritanos y Bautistas, Metodistas, Movimientos de Santidad y Avivamientos; y más recientemente movimientos pentecostales, neo-pentecostales y carismáticos. El cristianismo se diversifica en corrientes evangélicas globales, con enfoque en misiones, avivamiento y discipulado, conmemorando cada año un hecho crucial: la Reforma Protestante, celebrada el 31 de octubre.
La fiesta Halloween tiene sus raíces en una antigua celebración celta llamada Samhain, practicada cada 31 de octubre desde alrededor del siglo V a. C. en las regiones de Irlanda, Escocia y parte de Francia. Los celtas creían que durante esa noche el mundo de los vivos y de los muertos se conectaba, y que los espíritus podían volver a la tierra. Para protegerse, la gente encendía hogueras, usaba disfraces y dejaba ofrendas de comida fuera de sus casas para apaciguar a los espíritus. Este es el inicio de una fiesta pagana que proclama a Satanás como el rey de este mundo, donde los satánicos hacen ritos religiosos de adoración a su dios terrenal.
Con la expansión del cristianismo, la iglesia intentó reemplazar estas costumbres paganas con celebraciones “cristianas”. En el siglo VIII, el papa Gregorio III estableció el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos (All Hallows’ Day), y la noche anterior (31 de octubre) pasó a conocerse como All Hallows’ Eve, que con el tiempo se transformó en Halloween. Así la antigua fiesta pagana celta se transformó en un sincretismo religioso, que fue abrazado por la iglesia medieval y se convirtió en una práctica cultural que desviaba la adoración a Jesucristo.
Durante los siglos VII – XV en muchas comunidades rurales medievales, las costumbres populares paganas se practicaban, se encendían hogueras, se dejaban ofrendas o alimentos para las almas y se usaban máscaras. Estas prácticas fueron toleradas por la Iglesia Católica como una forma de transición cultural, pero mantuvieron viva la raíz pagana de la festividad.
Cuando Martín Lutero publicó sus 95 tesis el 31 de octubre de 1517, fue justamente en la víspera del Día de Todos los Santos, sabiendo que al día siguiente miles de peregrinos irían a la iglesia de Wittenberg para la festividad del All Hallows’ Day. Sin embargo, aunque para Lutero era una estrategia teológica, pastoral y de alcance masivo, para el Espíritu Santo era un mensaje espiritual. El acto de Martín Lutero en ese día vino a destruir la fiesta pagana del All Hallows’ Eve. La Reforma, nacida en esa fecha, desmanteló la superstición y devolvió el enfoque a la verdad de Cristo.
Así se cumplieron las palabras de Jesús: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Jn 8:12
En un contexto de oscuridad religiosa, de fiestas paganas sincretistas, Jesús interrumpió la historia a través de Lutero para recordar que Él es la Luz del mundo.
Este es el mismo mensaje de Jesús para su iglesia contemporánea. En medio del contexto de oscuridad moral, religiosa, social y política, Jesús es la Luz y la misión de la iglesia es interrumpir la oscuridad del pecado con la luz del evangelio.
La verdadera reforma en la actualidad no debe ser un acto académico, sino una obra del Espíritu Santo en el corazón del creyente. No es necesario hacer 95 tesis para clavarlas en la puerta de tu iglesia, ni parecerse a Lutero, es algo más simple pero igual de poderoso. Ser Luz en medio de un mundo lleno de oscuridad y pecado. Esa es la Reforma viva que Cristo espera de su pueblo.
Pr. Israel Maravilla Arévalo





