Camilo Santiago Blanco Carranza nació el 10 de enero de 1981. Creció en la iglesia Centro Bíblico del Puerto de La Libertad. Conoció al Señor a la edad de 11 años y a los 12 años fue bautizado iniciando su servicio a Dios, para luego convertirse en uno de los pastores y misioneros de Misión Centroamericana con gran testimonio en la plantación de iglesias no solo a nivel local sino también internacional.
Desde los tres años comenzó a asistir a una iglesia instruido por su abuela; así como las escrituras nos muestran a Timoteo cuya fe fue transmitida desde su abuela Loida, el hermano Camilo logró obtener su identidad en la fe cristiana, por su amada abuela que lo encaminó en la obra del Señor.
A la edad de 11 años, como un niño que inicia la difícil etapa de adolescencia, el ahora misionero entregó su vida al Señor para iniciar su servicio en la iglesia local.
En una de las bancas aledañas al Templo Genezareth MCA de Santa Tecla, el hermano Camilo, ahora acompañado de su esposa Cynthia y sus dos hijos, recordó la etapa en la que comenzó a involucrarse en los diferentes ministerios de la iglesia, principalmente en las clases que se impartían en la escuela bíblica, donde a medida fue creciendo comenzó a desempeñarse como maestro de los niños más pequeños.
Y para conocer de la vida de nuestro misionero, quien por más de 18 años ha estado acompañado por su esposa Cinthya, siendo su brazo derecho y su principal apoyo en el ministerio, compartimos la primera parte de la entrevista que el pastor concedió a nuestro portal informativo.
“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” (2 Timoteo 1:5).
¿A qué edad conoció al Señor?
“Mis padres migraron hacia Estados Unidos cuando yo tenía tres años, entonces me dejaron al cuidado de mi abuela, ella fue la que me condujo por el camino cristiano” pastor y misionero Camilo Blanco.
Desde mis tres años hasta que yo conocí al Señor, pues crecimos básicamente bajo el cuidado de mi abuela y con la ausencia de los padres, pero el Señor en su gracia y misericordia nos dio una identidad cristiana a través de la iglesia a la que asistimos desde pequeños y es así como crecí conociendo al Señor y desde los 11 años es cuando yo me convertí, en un momento específico.
A la edad de 14 o 15 años, yo estaba enseñando en la escuela bíblica dominical de niños de parvularia, en ese tiempo comencé a sentir que en lugar de estar enseñando debía estar aprendiendo, por esa razón, mi pastor me envió al Instituto Bíblico Salvadoreño en San Salvador y recuerdo que en mi segundo año de estudio bíblico recibí una clase de misiones impartida por el Dr. Moisés Mejía y fue a través de esa clase que el Señor me llamó al ministerio.
¿Cómo fue ese llamado?
El ministerio pastoral o el bíblico lo comencé cuando tenía 16 años fue paralelo al momento de bachillerato y al momento del Instituto Bíblico. En el segundo año de tres, fue que yo recibí este llamado en la obra del Señor y la pregunta que Dios usó para llamarme al ministerio fue al darme cuenta que mucha gente moría cada día sin conocer a Jesús y la pregunta que el Señor puso en mi corazón fue ¿Qué vas a hacer tú al respecto? Y durante 24 años hemos estado tratando de responder al Señor esa pregunta desde el punto de vista pastoral para llevar el evangelio al que no lo tiene.
Hemos participado un poco en el área pastoral y un poco en el área misionera, eso es parte de responder a nuestro llamado. Ha sido formas de cómo responderle a Dios para que quienes no han escuchado del evangelio lo escuchen
¿Tuvo dificultades para cumplir ese llamado?
Como tenía 17 años al hablar con mi pastor de esa inquietud o ese llamado, la primera dificultad fue mi edad que ya que mi pastor sabiamente me dijo ‘mira no tienes la edad, no has terminado de estudiar’. Va a ser difícil que la gente pueda apoyar tu proyecto porque no tienes la experiencia necesaria, esa fue como la primera dificultad y buscando una solución a eso mi pastor lo que me ofreció fue comenzar como pastor en una iglesia para agarrar experiencia, entonces así fue como llegué a Santa Rosa en 1999 para empezar como pastor por cinco años. Después de eso el Señor volvió a retomar esa inquietud de llevar el evangelio a quienes no lo tienen, en ese sentido surgió la idea de tener como una especie de confirmación del llamado entonces hablé con algunos líderes nacionales para contarles lo que estaba pasando y el pastor Eulalio Rodríguez tenía una sugerencia de ir a plantar una iglesia en el país, donde no había mayor presencia del evangelio. Logramos encontrar una zona remota en Chalatenango, cerca de la frontera con Honduras donde el municipio se llama Ojos de Agua y ahí plantamos una iglesia.
“Inicié un trabajo de ocho años y en ese periodo de tiempo es que conocí a mi esposa, iniciando este trabajo en Chalatenango” recuerda.
¿Cómo reaccionó su familia cuándo usted les manifestó el llamado que sentía de servir al Señor como misionero?
Para ese tiempo mi mamá ya había regresado después de 10-12 años en Estados Unidos. Para ese tiempo todavía vivía con ellas pues tenía 17 años. A mi mamá no le pareció mucho la idea, pero ya no era mucho la opción de ella porque yo estaba a punto de cumplir los 18 años y ya casi podía tomar mis propias decisiones.
Al principio tampoco fue tan aceptable por parte de mi papá que en ese momento no era cristiano, él si se opuso a la idea, en el caso de él pasé dos años sin poder hablar porque rompimos comunicaciones con él, porque no le parecía y era su manera de expresar su oposición luego con el tiempo Dios le mostró que no era un mal camino entonces hablamos. No fue tan grave, pero si no había una total aceptación por parte de ellos.
¿Cómo fue el inicio en Chalatenango?
La plantación de la iglesia en Ojo de Agua Chalatenango fe algo muy interesante.
¿Qué le entregaron?
Era una iniciativa propia con la aprobación de la Misión Centroamericana, pero fui yo quien fue a explorar los municipios y la idea inicial era probar en municipios diferentes donde no había presencia de iglesias evangélicas y Ojos de Agua yo no conocía. Fui a Chalatenango para comenzar a visitar los pueblos, no conocía a nadie, comenzar de cero a presentarme con el alcalde, con la gente de la comunidad, a empezar de cero, tomó más de un año para lograr los primero convertidos. Lo primeros tres bautizados los logramos después de un año y medio.
El equipo ministerial era solo mi persona, yo tenía el apoyo estructural de Misión Centroamericana y también parte del apoyo financiero para realizar el proyecto, pero el equipo de trabajo era solo mi persona.
Fue un proceso bien difícil porque había un total rechazo al cristianismo en esa zona, así que comenzamos de cero, pero gracias a Dios después de ocho años dejamos una congragación de aproximadamente 120 personas, con templo construido y terreno propio para la iglesia, fue un milagro en ocho años.
¿Cómo fue el primer año en Chalatenango?
En mi primer año de comenzar la iglesia en Ojos de Agua conocí a mi esposa Cinthya a través de un campamento de jóvenes en la zona central. Ella había oído hablar de mi proyecto unas semanas antes y su iglesia estaba interesada en apoyar una misión local de plantación de iglesia en el país, y de esa manera es que iniciamos la relación con su iglesia, con jóvenes de su iglesia que comenzaron a llegar después del primer año a apoyar el proyecto en Chalatenango.
Conocí a Cinthya en mi primer año en Chalatenango en 2004, quien más adelante se convirtió en mi esposa, yo tenía 23 años en ese entonces.
De Ojos de Agua, Chalatenango a California, EE. UU a plantar otra iglesia, ahora en familia.
Hasta este punto, hemos conocido el inicio de nuestro misionero Camilo Blanco, marcado por las dificultades de un país pequeño donde la necesidad de escuchar el evangelio sigue siendo latente, pero él perseveró hasta fundar la primera iglesia en el municipio Ojos de Agua en Chalatenango y fue este el campo de preparación para trascender fronteras llevando la Palabra de Dios junto a su familia.
Conoce más del recorrido de Camilo Blanco y su familia en la siguiente entrega de esta inspiradora historia donde conoceremos los retos que tuvo que enfrentar en el extranjero y como su legado trasciende dentro de la comunidad hispana en el estado de California, EE. UU.