Sheenah Berry pasó 136 días en el Hospital Piedmont Henry después de haberse contagiado de Covid y haber estado en peligro de muerte debido a los estragos de la enfermedad en su cuerpo estando embarazada para ese tiempo de una bebé de cuatro meses.
Desde el mes de Septiembre del año pasado ella fue ingresada al hospital y puesta directamente en los ventiladores puesto que ya no estaba respirando bien; su hermana contó como transcurrieron los meses en los que hasta estuvo en coma inducido.
“Pudo llamar a nuestra madre y decirle que la iban a colocar en un ventilador”, dijo McKinney al medio de comunicación local. «Así que hicieron una especie de FaceTime entre ellos, y ella le dijo a nuestra madre: ‘Me tengo que ir’, y esa fue la última conversación que tuvimos con ella en casi un mes», contó Wandalyn McKinney, su hermana.
Con su estado de embarazo ella fue puesta en una maquina ECMO, la cual se usa para aquellas personas en cirugías de corazón abierto, con el fin de que el corazón y los pulmones de ella pudieran descansar tras la circulación extracorpórea que brinda a través de una membrana de oxigenación, según UCSG Health.
Con la pandemia, en ese hospital 114 pacientes fueron puestos en esa máquina, siendo ella una de las 15 mujeres embarazadas que hicieron uso de ella por estar en una condición bastante grave; solo una persona de todas ellas logró sobrevivir y afortunadamente todos los bebés están vivos.
“Si mantienes ciertos parámetros, el bebé puede seguir creciendo y desarrollándose de manera saludable. Apoyamos a dos personas, la mamá y el bebé, y es una tecnología que es efectiva”, dijo el doctor Peter Barrett, encargado del tratamiento ECMO.
Los signos vitales de Berry cambiaban constantemente debido al coma, aunado a eso ella estuvo sola la mayoría del tratamiento y únicamente con presencia del personal médico, quienes le informaban de su estado a los familiares casi cuatro veces al día.
Wandalyn dijo que la oración fue su mayor recurso en ese tiempo y que allí mantuvo su esperanza de que su hermana y sobrina sobrevivirían al Covid.
“Oramos por ellos constantemente. Y mi mamá, dijo, sabía que iban a estar bien”, contó.
