“La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará” (Santiago 5:14-15).
Los últimos meses de 2022 fueron muy difíciles para la familia de Krysta Morán, una niña que con tan solo 13 años peleó una fuerte batalla contra una dura enfermedad, a la que con la gracias a Dios no se enfrentó sola, sino con el amor incondicional de su familia y con el poder y la fidelidad del Señor que es eterna.
Fue exactamente el 6 de julio del año pasado, cuando Krysta Morán y sus seres queridos recibieron la noticia. Krysia había estado sufriendo un fuerte dolor en el costado izquierdo del vientre, y por esta razón sus padres la llevaron al médico. En la consulta los doctores les dijeron algo que no se esperaba, “notaban una masa que no era normal en uno de los ovarios de la niña… una masa que era grande” y tenían que realizarle exámenes.
El diagnóstico
El resultado de los análisis no fueron lo que Krysta y su familia esperaban… arrojaron que la niña tenía un tumor germinal y de inmediato era necesario que se sometiera a una operación. Su biopsia había determinado que se trataba de un tumor maligno, y así comenzó la dura carrera para ella y su familia.
“Se le encontró un tumor y su biopsia determinó que era un tumor de células cancerosas. Tuvimos que iniciar y entrar en un proceso duro de tratamiento contra este cáncer” recuerda el padre de Krysta, César Morán, pastor de iglesia Nazaret Misión Centroamericana (MCA).
Por su parte, Krysta también recuerda que fue una noticia dura para ella y su familia, pero que después de un tiempo pudo reconocer que detrás de eso había un propósito de Dios para su vida.
“Nos sentíamos bastante mal por ese diagnóstico, pero poco a poco fuimos agarrando la fuerza y preparándonos mentalmente para lo que se nos venía”.
Krysta Morán.
¿Qué significó para Krysta ese diagnóstico?
“Dios quería ponerme en esta prueba, yo sentía que debía pasarla porque tenía que volverme más fuerte. De veras que fue algo bastante difícil, pero que con la ayuda de toda la gente de esta fundación (Ayúdame a Vivir), lo pude superar”, agrega.
El pastor Morán comentó que fueron 66 quimioterapia a las que Krysta debió someterse, un tratamiento que siempre le provocaba náuseas, vómitos y debilidad, además la obligó a ausentarse de la escuela por largos periodos e incluso tuvo que dejar algunos de sus deportes favoritos como el baloncesto y el voleibol.
La oración de fe, un arma poderosa del cristiano
Si bien el proceso fue muy duro, Krysta y su familia testifican hoy que el poder de Dios se manifestó en medio de esta enfermedad.
Con mucho gozo, el pastor César compartió recientemente la obra de sanidad en la vida de su hija y agradeció todas las oraciones de los pastores y la iglesia en general que aún sin conocerlos se unió en la misma petición: la sanidad de Krysta.
“El pasado 2 de enero a ella (Krysta) le dieron su alta, después de haber recibido 66 dosis de quimioterapia, repartidos en seis ciclos de quimioterapia” expresó el pastor. “Sé que muchos han orado junto con sus congregaciones. De veras hermanos no saben cuánto, como familia y personalmente, agradecemos esas oraciones porque han sido valiosas, han sido necesarias para fortalecernos y muchos de los hermanos de las iglesias aún sin conocernos oraron por nosotros” agregó.
Muy emocionado el pastor manifestó que al finalizar el proceso de las quimioterapias, Krysta ahora está “oficialmente en un periodo que se llama de ‘vigilancia’, donde si bien habrán chequeos periódicos en lapsos de tres o cuatro meses, glorifican a Dios porque el último tag de control salió completamente limpio.
“Nosotros en fe confiamos en que Dios ha hecho la obra de sanidad en mi hija, por lo tanto quería agradecerles a ustedes (pastores) y a sus apreciadas congregaciones por unirse a nosotros como familia en medio de este peregrinaje” agregó.
“El Señor ha escuchado las oraciones y ha sido más que bueno, más que fiel, sosteniendo nuestra mano en medio de este valle de los huesos secos, dando vida, dando nuevas células, dando fuerzas y llevándonos más allá de lo que nosotros nos podemos imaginar, usándonos en medio de la prueba para llevar aliento y esperanza a otros padres, a otros niños, que padecen también esta enfermedad”.
Pastor César Morán, padre de Krysta.
El pastor extendió el agradecimiento en nombre de su esposa Lorena, sus hijas Luciana, Krysta Valeria y Olivia quienes ahora bendicen la vida de todos los que se unieron en oración por la sanidad recibida.